Estamos a 6 de enero, acaba de empezar el año y tenemos mucho por delante para llevar el trabajo lo mejor posible después de las Navidades. Ahora que estoy en esas horas del día en las que estás pensando en lo que te viene mañana, típicas de un domingo cualquiera pero con mayor enjundia, ya que se acaban las fiestas, pues me gusta ponerme a leer cosas en el ordenador. Partidos de fútbol, noticias, alguna que otra página de tecnología e informática, y entre unas y otras me encuentro esta publicación de El País digital.
https://elpais.com/tecnologia/tu-tecnologia/2025-01-04/las-lentes-de-mis-nuevas-gafas-han-sido-fabricadas-con-ayuda-de-la-ia-y-no-he-visto-tan-nitido-jamas.html.
Aparte de ser una publicación con un patrocinio encubierto, puesto que da nombres, lo considero poco acertado pero teniendo en cuenta que tiene una motivación, diremos que es lógico. Dice las maravillas de unas lentes progresivas que supuestamente ha comprado y le agrega lo de la IA, que queda «superchuli» y ya tiene hecha la promoción. Digo que supuestamente se ha comprado porque en un principio dice que sí, que se las ha comprado y luego al final se pregunta si se lo compraría o no. En fin, la IA nos afecta ya en muchos campos y ya desde hace tiempo en el mundo de la óptica, no es algo nuevo, pero sí que es cierto que cada vez se van aplicando cada vez más IA a los sistemas de tallado en las lentes para conseguir mejores resultados, ahora bien, todo vale dinero, la investigación, los materiales, la producción y está claro que unas lentes progresivas no son baratas aunque algunos se empeñen en regalarlas por unos euros más y menos con IA (inteligencia artificial).